He de reconocer que si algo me sorprende de las ojeras de Rajoy es una cosa: no existen. Y quien dice Rajoy, dice unos cuantos más de estos ejemplares de la calaña política que nos gobierna. La gente normal, la de a pié, solemos tener ojeras, si no habitualmente al menos en algunas épocas. Y cuanto más adulto más duran. No es de extrañar: las preocupaciones hacen que no descansemos ni durmiendo, eso cuando podemos dormir y no hay alguna idea recurrente que nos haga comer techo.

Llegados a este punto, no puedo evitar plantearme algo: los políticos que nos gobiernan duermen de puta madre. Y si con la que están liando pueden dormir, aquí está pasando algo. Parece ser que sí que descansan cuando se van a la cama, de modo que supongo que no tienen remordimientos ni trastornos de conciencia. O sea, que viven bien a pesar de estar jodiendo todo lo jodible, de estar robando a manos llenas, de estar abusando, de estar siendo puteados por millones de personas, de estar presionados por medios y poderes, de ser muy culpables del malvivir de los ciudadanos a los que se deben… a pesar de todo, duermen bien.

Si me paro a pensar un poco, llego a la conclusión de que eso para mí tiene un nombre, aparte de <inserte aquí su insulto>: psicópata. Se llama tener un trastorno antisocial de la personalidad con todas las letras. Un psicópata es una persona que carece de emociones, de la capacidad de situarse en el lugar de otra persona para imaginar o entender su sufrimiento, por el sencillo hecho de que las ve como objetos. Los psicópatas no suelen temer a cosas como la humillación o la desaprobación social, cosa que podría explicar la distorsión que parecen sufrir a la hora de separar el bien y el mal, así como la poca vergüenza que tienen a la hora de mentir, la falta de pudor a la hora de ser cínicos, la sangre fría para decidir sin escrúpulos, para joder sin remordimientos y para, a pesar de todo, pasearse por ahí con total tranquilidad haciendo alarde de su soberbia y egocentrismo. En definitiva, sospecho que el problema de nuestros gobernantes tiene una raíz tan profunda que esto no hay por donde cogerlo porque va más allá de lo que a simple vista parece un problema de falta de ética.

Es por esto por lo que creo que perdemos el tiempo pidiéndoles cosas. Personas de esa condición no atienden. Sólo responden a sus intereses, sus necesidades y a la perpetuidad de su estatus creyendo que es lo necesario. Así que en vez de quejarnos de ellos y pedirles un cambio, creo que el cambio debemos ser nosotros. Yo no quiero que el gobierno cambie por el bien de España, sino que quiero que España cambie de gobierno. No quiero que ellos modifiquen su conducta: directamente quiero que no estén. A esta especie no se les puede convencer de nada que no sea lo que es interesa entender porque no tienen más patria que su dinero ni más dios que si propio ego. Pedirles compromiso es darse contra un muro porque estoy convencido de que se creen seres superiores, a pesar de que su apego por el capital y su necesidad de lo material personalmente me parece más bien síntoma de lo contrario.

Sin embargo, entiendo que estas ¿personas? estén en la posición en la que están. Sencillamente valen para desempeñar su cargo, por eso están ahí. Una persona normal no podría ejercer sin piedad como lo hacen ellos, de igual modo que cualquiera no podría ser francotirador, asesino a sueldo o antidisturbios. Están puestos ahí en función de sus características emocionales, y hay que reconocer que la labor de psicópatas la ejercen con sobresaliente porque cualidades les sobra, porque en el fondo no son más que un eslabón al servicio de las auténticas élites las cuales les utilizan como medio para conseguir sus objetivos. No estaría mal que alguien los largara de donde están y entrase gente nueva, con la esperanza de que alguno de los que llegue sea al menos “persona” y tenga conciencia y ética como para cuestionar las directrices antihumanos que vienen desde arriba. Por probar que no quede, porque de momento los que han pasado por la escena política como cargos de mando han demostrado ser unos enfermos mentales.

Para cerrar, dejo una frase de esas que me gustan como conclusión:

El poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente.
(Lord Acton)

Parece ser que en esta vida para todo hay que valer. Hasta para ser malo. O por lo menos, para no tener ojeras.

=HoZoNe=

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